El término “circulación” se refiere al movimiento de personas a través, alrededor y entre los edificios y otras partes del entorno construido, dentro de un edificio, zonas como las entradas, vestíbulos, pasillos, escaleras, etc. La circulación en la arquitectura se piensa generalmente como el “espacio entre los espacios”, con una función conectiva. La circulación se refiere a la forma en que las personas se mueven e interactúan con el espacio. Es el concepto que captura la experiencia de mover a nuestros cuerpos alrededor del espacio en tres dimensiones y en el tiempo.
Componentes
Aunque cada espacio al que la persona puede acceder forma parte del sistema de circulación de un espacio, cuando hablamos del término circulación, en general no tratamos de posicionar dónde irá cada persona, más bien, aproximamos las rutas principales que se utilizarán.
Los componentes que podemos incluir son los siguientes:
- Dirección del movimiento: horizontal o vertical.
- Tipo de uso: público o privado, de frente o al fondo del espacio.
- Frecuencia de uso: común o de emergencia.
- Tiempo de uso: continuo, mañana, día, tarde.
El diseño de cada tipo de circulación requerirá una consideración arquitectónica diferente. Los caminos pueden ser pausados y sinuosos, o estrechos y directos. El movimiento puede ser rápido o lento, mecánico o manual, llevado a cabo en la oscuridad o completamente iluminado, atestado o individual.
De cada una de estas características, la dirección y el uso son componentes críticos para el diseño de espacios.
Dirección
Puede incluir pasillos, atrios, caminos, entradas y salidas. También se ve afectado por el diseño del mobiliario u otros objetos en el espacio, como columnas, árboles o cambios topográficos. Esta es la razón por la cual los arquitectos suelen ser muebles como parte de un concepto de diseño, porque está críticamente relacionado con el flujo, la función y la sensación del espacio.
Es la forma en que las personas se mueven hacia arriba y hacia abajo dentro de un espacio, por lo que incluye cosas como escaleras, ascensores, rampas, escaleras y escaleras mecánicas que nos permiten pasar de un nivel a otro.
Utilidad
Son las áreas espaciales que son más amplias y de fácil acceso. De esta manera, la circulación a menudo se solapa con otras funciones, como un vestíbulo, atrio o galería, y se mejora con un alto nivel de calidad arquitectónica. Los problemas de visibilidad, cómo se mueven las multitudes y los caminos de escape claros son la clave.
Representa los movimientos más íntimos dentro del espacio, o los más feos que requieren cierto grado de privacidad. En una casa, esta podría ser la puerta de atrás, la parte posterior de la casa, en un gran edificio, las oficinas del personal o las zonas de almacenamiento.
Circulación
Hay dos reglas generales a la hora de diseñar la circulación, las vías de circulación clave deberían:
- Ser claras y sin obstrucciones
- Seguir la distancia más corta entre dos puntos.
El motivo de estas dos reglas generales es bastante obvio; las personas desean poder moverse por un espacio con facilidad y eficiencia, y sin sentirse o perderse.
Cajas y puertas
La situación de la puerta de entrada es un aspecto de vital importancia en el diseño del interior de la tienda, ya que ayudará, junto a los otros elementos de la arquitectura interna, a dirigir a los clientes hacia el interior del establecimiento.
La existencia de una sola puerta de entrada y salida del establecimiento limita la superficie recorrida por el cliente. La utilización de una puerta de entrada a la derecha de la fachada y otra de salida a la izquierda, junto a la caja, amplía las posibilidades de movimiento del comprador, con lo cual visualizará muchos más productos y su compra, casi con toda seguridad, será superior.
Es importante saber que la circulación natural en los establecimientos con dos o más entradas no cubre la totalidad de la superficie de ventas, por lo que la ubicación de las cajas, la distribución de las secciones, los pasillos, etc., ayudará a determinar el recorrido del cliente.
Mobiliario
La forma de colocar las estanterías y, en general, cualquier mueble utilizado para la exposición de los productos, entre los cuales circule la clientela, influirá en su recorrido. Básicamente, las disposiciones más comunes, siguiendo a Díez de Castro y Landa Bercebal (1996), son las siguientes:
Consiste en colocar los muebles de forma recta con respecto a la circulación de los clientes.
Ventajas:
- Mayor aprovechamiento del espacio disponible.
- Instalación y mantenimiento económicos.
- Deja mucha libertad a los clientes para que seleccionen el camino que consideren más oportuno.
- Facilita la compra, ya que, al ser una estructura simple, puede ser fácilmente memorizada por el cliente para futuras visitas al establecimiento.
- Especialmente indicado para establecimientos de venta de productos de conveniencia, de alimentación, o que quieran transmitir sensación de economía.
Inconvenientes:
- Al dar plena libertad, el comprador puede optar por el circuito más corto.
- El trazado no es creativo ni atractivo, por lo que no se puede utilizar para productos de compra “por placer”.
Distribuye los muebles de forma oblicua a la circulación de los clientes.
Ventajas:
- Guía el recorrido de la clientela por el punto de venta.
- El cliente visualiza varias góndolas de forma simultánea, fomentando la venta por impulso.
Inconvenientes:
- Desaprovecha el espacio.
Consiste en colocar el mobiliario sin seguir ninguna forma regular.
Ventajas:
- Personaliza el establecimiento diferenciándolo de la competencia.
- Transmite imagen de calidad.
- Dada la creatividad en su diseño, es ideal para comprar de forma agradable y placentera.
Inconvenientes:
- Normalmente necesita muebles no normalizados y, por tanto, realizados por encargo.
- En futuros cambios de disposición del mobiliario, es muy probable que los muebles actuales no puedan ser reutilizados.
- Mayores costes que si se utilizan muebles estándar.
El mobiliario utilizado, así como la estructura arquitectónica del local, permite visualizar la totalidad de la sala de ventas desde cualquier punto de la misma.
La no separación de las distintas divisiones del establecimiento puede crear cierta confusión al cliente.
Supone la división de la sala de ventas en sectores o secciones, dándole a cada una de ellas una identidad propia por su estilo, color, decoración y ambiente.
Dichas divisiones se llevan a cabo mediante la utilización de paredes y mobiliario, básicamente.
Sin duda, supone mayores costes que la disposición abierta, pero hace el punto de venta más atractivo.
Esta distribución por zonas supone, en la práctica, llevar a cabo una primera división del establecimiento utilizando tabiques o estanterías altas para, posteriormente, subdividir esas zonas en secciones más pequeñas mediante otros elementos de separación.